sábado, 26 de diciembre de 2009

NAVIDAD 2009 HOY, entre CAMPANAS y ALARMA de ROBO


NAVIDAD 2009 HOY,

entre
CAMPANAS de GLORIA en nuestras CEBs.,
y
ALARMA de ROBO en nuestro “PESEBRE PARROQUIAL”

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Hace tres años que desde el Pesebre de ‘tamaño natural’ en el Templo Parroquial
desapareció uno de los ‘pastores’ que habían venido a saludar a Jesús.
Unos interpretaron que se lo habían robado.
Otros, que había salido a conocer la ciudad.

Lo que era cierto, es que ya no estaba junto al Niño, … ni a su familia.

Nuestro hermano el P. Pablo sscc, gracias a su amistad con algunos de
los borrachitos del barrio, pudo saber en dónde estaba:

Nada menos que en una de las tantas ‘bodegas’ de la ciudad.
¿lo habían dejado a cuenta del consumo para varias semanas?
¿Era el pastorcito, que ‘invitado’ había caído en la tentación y quedado en ese lugar?

Cuando a los pocos días, en brazos del sacristán, regresó al Templo,
la comunidad congregada lo recibió con aplausos,
como al ‘hijo pródigo’ del Evangelio.

[La Unión, Chile, Navidad 2006]

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Ustedes comentarán: ‘en todas partes se cuecen habas’.

Yo les confieso que no pude dejar de recordar este episodio cuando,
aún resonando las ‘campanas del GLORIA’ en mis oídos,
me avisaron que había sonado la ‘alarma’ de nuestro PESEBRE PARROQUIAL.
Recién, entre las 7 comunidades eclesiales de base, habíamos logrado gracias a una colecta especial del Domingo pasado, repararlo y asegurarlo, para que el SEÑOR pudiera SEGUIR HOY NACIENDO entre NOSOTROS, y desde este PESEBRE PARROQUIAL REAL llamado ‘TIERRA NUEVA’, SEGUIR SIRVIENDO, gratuitamente a nuestros hermanos más pobres, necesitados de salud sicológica y física, como también de asesoría legal en sus problemas.

Pero no sólo quedan los recuerdos.
Brotan las preguntas más de fondo:
¿Por qué trataban de entrar por décima vez en Tierra Nueva para robar,
en vez de concurrir a la Misa de Navidad con nosotros?
¿Por qué se fueron de entre nosotros? ¿Quién o qué los sedujo?
¿Dónde estábamos los otros pastores?
O simplemente, ¿quién nos los robó y
los dejó esclavizados en una bodega, o en una red de narcos, o en ….?

¿Será real y posible, que al igual que el ‘pastorcito de La Unión’,
quienes de entre nosotros se han alejado del Niño y de Su familia,
regresen entre nosotros?

¿Seremos capaces de invitarles en forma convincente?
¿Tendremos la capacidad de recibirlos con aplausos
y reconocerles nuevamente en ese ‘su lugar’
que nunca debieron abandonar junto al Niño y a nosotros, Su familia?

Para Dios “nada es imposible”.

Al asomarnos ya al año de nuestro ‘bicentenario’ como pueblo libre y soberano,
constatamos que nos queda mucho aún,
y cada día más, de ‘LIBERTAD que conquistar’.

Año del BICENTENARIO,
en que queremos volver a abrirle TODAS NUESTRAS PUERTAS al SEÑOR LIBERADOR,
que nos RECONCILIA con ÉL, con nosotros mismos, y entre nosotros como HERMANOS.
La MISIÓN: “CHILE, UNA MESA PARA TODOS”
es un camino por recorrer que nos puede llevar al sueño
de nuestros padres de la Patria, y el de nuestros padres en la Fe.

Una condición básica:
que este camino no lo recorramos aislados,
buscando cada uno su felicidad en competencia con el otro;
sino, como red solidaria de hermanos, atando muchos cabos;
y que reconociendo al Peregrino de Emaús en nuestro camino de cada día,
en comunión fraterna, trabajemos sin cansarnos
por re-construir un PUEBLO de HERMANOS.

FELIZ NAVIDAD entre CAMPANAS y ALARMAS…
y UN MEJOR AÑO NUEVO 2010, del BICENTENARIO,
con ALARMAS SONANDO DIRECTAMENTE en nuestro CORAZÓN,
PARA LEVANTARNOS ÁGILMENTE
e IR AL ENCUENTRO FRATERNO
de quienes queremos sean nuevamente
nuestros HERMANOS en la VIDA
y en la MISIÓN:
“CHILE: UNA MESA PARA TODOS”.

Con la fortaleza que nos da
la fraternidad y un mismo Espíritu,
en las Fiestas de San Esteban, primer mártir,
y de la Sagrada Familia.

MIGUEL ESTEBAN sscc

lunes, 21 de diciembre de 2009

¿ AÑO NUEVO 2010 ?

¿año nuevo 2010? Seguimos caminando… hacia la META…

Hace apenas 3 días obtuve permiso del médico para salir del hospital UC y acompañar la PASCUA de RONALDO en la parroquia San Pedro y San Pablo.
Al vivir esa CELEBRACIÓN en medio de tantos hermanos sscc, sacerdotes y laicos congregados, no pude dejar de hacerme LA PREGUNTA: ¿seré yo el próximo? ¿Cuándo será ese día?
GRACIAS por el cariño de tantos y el del Señor, que me siguen dando serenidad superior a todo lo humanamente previsible.

A inicios de Octubre 2009, cumpliendo ya un año de mi primer diagnóstico de cáncer terminal, las molestias para comer se me habían transformado en dolores aunque aún soportables, los que junto a la dificultad para continuar con el siclo de quimio asignado debido a la baja de mis defensas, llevó a mi Doctor Manuel Álvarez, a internarme en la UC para realizar exámenes más a fondo.

Resultados en síntesis: mi Ca se estaba disparando, la quimio recepcionada ya durante 14 meses milagrosamente eficaz (‘usted tiene santos en la corte’, me lo había confesado mi doctor), había cumplido su misión. Una metástasis en las paredes del peritoneo, y casi confirmada otra en el hígado, problemas de irrigación sanguínea importantes, … completaban el cuadro diagnóstico.

¿Qué hacer?

Era mi decisión. Experimentar con otra quimio distinta … o decidir no seguir dando batalla para alargar mis días… y prepararme sólo para mi final.

Considerando que tantos hermanos/as me han pedido rogar al Señor que me prolongue la vida, para acompañarles personalmente y en nuevas experiencias pastorales, …y de verdad, reconociendo que el Señor está queriendo hacer de mí en estas circunstancias, un ‘siervo útil’, sin dejar de ser prescindible,… … respondí sin dudar: “tenemos que intentarlo”.

Y agregué en mi diálogo con el Señor y mis hermanos cercanos: ‘pero que sea útil y no una carga más para otros’, y ‘que pueda llevar personalmente bien este tiempo de servicio sin causar preocupaciones o compasión de otros, que les distraiga de la Obra que el Señor quiere realizar hoy entre nosotros.’

Y para esto, sin desconocer el valor de la Cruz y del sufrimiento necesario, acepté NO jugar al MARTIR, pudiendo beneficiarme de tratamientos paliativos para el dolor. Beneficio para mi vida y servicio, y para quienes lo compartan conmigo.


EN ESTO ESTAMOS, viviendo ya hoy y aquí por anticipado, un NACIMIENTO DE JESÚS y una RESURRECCIÓN para mí y mis hermanos de vida y misión.

He vuelto a alimentarme sin dolores, y a servir activa y alegremente contagiando alegría, dinamismo, superación de problemas personales y relaciones humanas, fe, amor y esperanza.

Sé claramente, y no lo olvido, que ‘estoy caminando’. Que no estoy detenido ni regresando a una vida saludable como antes.

Que ‘caminar’ significa acercarse cada día un paso más hacia el final de este Camino, hacia la META-PARTIDA de una nueva etapa, que es regalo seguro del Señor, no por méritos de mi parte; sino porque “Él nos amó primero”.

Que probablemente, la próxima foto semejante a la superior, será la de ‘mi pascua’.

Con esta lucidez serena, sigo dando gracias a Dios por “cada nuevo despertar”, y al final de la jornada, por “las maravillas que Él ha querido hacer a través de este pobre servidor”, sin nunca olvidar lo de ‘pequeño y pobre servidor’, como me lo recordó insistentemente Ronaldo en mi última conversación con él, antes de vivir él su propia pascua.

¿Qué HA CAMBIADO?

He aceptado vivir más tiempo y pedírselo al Señor, para servir a y con mis hermanos hasta cuando Él lo decida.

Asegurar el hacerlo en las mejores condiciones físicas, paliando el dolor en cuanto sea posible… y alimentándome lo mejor que pueda, con los apoyos medicinales correspondientes.

Seguir colaborando para que el ‘tesoro espiritual motivacional que nos legaron ESTEBAN y RONALDO entre otros, no sólo no se pierda, ni quede encerrado en San Pedro y San Pablo; sino que llegue al mundo entero, como llegó Jesús Salvador para todos nosotros, naciendo desde el humilde poblado de BELÉN.

Y una ALEGRÍA GRANDE por estar viviendo lo que el Señor me está regalando. (A pesar de sentir aún la lejanía de La Unión, corte que fue necesario para poder estar donde hoy estoy).

Sinceramente GRACIAS por TODO
a cada uno de ustedes mis hermanos de camino,
y al SEÑOR que nos ha congregado y acompaña.

GRACIAS.
FELIZ NAVIDAD,

CON LOS OJOS FIJOS EN JESÚS,
y AÑO NUEVO DEL BICENTENARIO,

CON CRISTO EN LA VIDA DEL PUEBLO.

martes, 15 de diciembre de 2009

saludo y buenos deseos para Navidad y este Año del Bicentenario.

Ante todo mi saludo y buenos deseos para NAVIDAD y este Año del Bicentenario.

Aprovecho de contar que, luego de varios días de internado en la UC en nuevos exámenes, hoy estaríamos probando con otro tipo de quimio, ya que el primero que dio tan buen fruto durante 15 meses, ya cumplió su misión.

Veremos si con éste, continuamos aún por algún tiempo largo o corto.

Seguimos en las manos del Señor y de los médicos por Él asistidos, con buen ánimo y disponibilidad para seguir sirviendo hasta cuando me necesite por estos lados, o para ir a su encuentro y recibir el descanso inmerecido, pero deseado.

Como el novio espera a la entrada de la Iglesia, mientras la novia le regala un tiempo para limpiar bien sus zapatos y arreglarse la corbata, así trato de aprovechar esta espera para disponerme mejor espiritualmente para acogerlo cuando venga, y entrar con Él a cenar y compartir su vida para siempre.

Que los amigos que me acompañan en esta espera, me ayuden en este tiempo, y compartan conmigo a la alegría del novio esperando a su esposa que ya viene.
Entre ellos cuento contigo y por ello comparto contigo mi camino.

Por el momento, seguimos "donde Él quiera, haciendo lo que Él quiera, y hasta cuando quiera", caminando a su encuentro, cada día más cercano.

Y ustedes dispónganse para cuando llegue esa hora ‘no lloren por mi partida’.
"Alégrense por mi llegada a la Meta prometida".

Unidos en Jesús y María, ahora y siempre.


MIGUEL ESTEBAN sscc

lunes, 14 de diciembre de 2009

Un encuentro anecdótico en mi camino

“Un clavo más en mi ataúd”
[le escuché un día decir a Juan Pablo Schlösser]

Y pensé: “La vida ha sido para mí mucho más
que la construcción de un ataúd
en el cual llegar a descansar en un cementerio.
Uno viviendo al lado del otro, sin comunicación,
aislado en su condición de muerto en vida”.

UN ENCUENTRO ANECDÓTICO
EN MI CAMINO

Motivado por el costo de una medicina, me decidí a recurrir al Municipio de La Granja para conseguir la pensión de vejez, que me corresponde sobre los 65 años, y que la enfermedad me ha obligado a reconocerlos.
Fui entrevistado en mi comunidad. A la pregunta de si era yo el dueño de la casa, dije que era de la Congregación… … Apunte de la amable y comprensiva entrevistadora: “ALLEGADO”.
Cuando notó la casa tan solitaria ya que los demás andaban en clases o servicios pastorales, agregó: … … “ANCIANO ABANDONADO”.

Y fue suficiente para despertar el interés y la conmiseración de los nuevos planes del Gobierno para con todos los que desde pequeños o grandes necesitan estar más acompañados en su vida.
A los pocos días, encontré por debajo de la puerta de casa, mientras andaba en reuniones parroquiales y visitando otros enfermos, un FOLLETO que decía VÍNCULOS – Gob. de Chile – invitándome a entrar en un plan de acompañamiento de ANCIANOS ABANDONADOS-ALLEGADOS, consistente en recibir dos veces al mes en mi casa una VISITA para acompañarme algo en mi soledad, y una vez al mes a participar en un ENCUENTRO entre ancianos de igual condición.

Agregado a mano, había un nombre y un celular y una solicitud de entrevista en medio de mis múltiples quehaceres.
Habiéndola acordado, fui en verdad yo el entrevistador y ella prontamente se confesó conmigo: en verdad ya había captado que era sacerdote, que vínculos NO me faltaban, y que la verdad era que ella quería pedirme que yo la acompañara en sus entrevistas en el Plan VINCULOS para los ancianos del mi sector parroquial.
Sólo me quedó agradecerle la oportunidad que a través de ella el Señor me regalaba de poder cumplir con uno de los desafíos propios de una iglesia que quiere llevar la cercanía del Señor precisamente a los más abandonados.
Quedamos así ‘vinculados’ en esta nueva ‘misión’ social-pastoral… y amigos.

No puedo dejar de recordar mi experiencia de estos casi 50 años de vida religiosa, desde que hice mis primeros votos de ‘castidad en el celibato’.
Al hacerlos no tenía claro que, renunciar a formar una familia con hijos propios sin renunciar al amor, no impedía sino al contrario, establecer una FAMILIA GRANDE conformada por todos aquellos a quienes huérfanos de una familia propia, buscaban un papá, padrino o hermano, en alguien que sin renunciar al amor, estuviera aún más disponible para entregarlo a todos los huérfanos de él.

Mis 43 ahijados (tres de los cuales me acompañan desde el cielo), 24 hijos/as adoptivos (‘pasados por la libreta’, ya copada), y más de un centenar de hermanos que la vida me ha ido regalando, dan fe de lo que digo.

Sólo me resta tratar de saldar en alguna porción aunque sea mínima, la cantidad inmensa e inmerecida del amor que el Señor me ha regalado a través de tantas personas que ha ido cruzando en mi camino, con quienes se han establecido VÍNCULOS que aunque yo haya desconectado a lo largo de los años y a causa de las distancias, ellos no han cortado nunca y siguen súper vivos, despertando con fuerza increíble proporcionada sólo a la densidad y avance de mi actual enfermedad.

Renunciar a una esposa e hijos, sin renunciar a amar, es abrir puertas a una familia inesperada y hermosa, adelanto del Reino, donde ya no habrá ni esposo, ni esposa, ni viudos… ni religiosos, ni curas… sino todos célibes, hermanos.

viernes, 11 de diciembre de 2009

A mis hermanos y hermanas de Ruta, desde el Hospital UC, 11-12-2009:

Temprano desperté hoy, como para tener tiempo de revisar mi bolso preparado anoche, y para celebrar la Misa con mis tres hermanos de comunidad religiosa, los que estamos quedando luego de que los jóvenes ya han ido terminando sus estudios en la UC, y regresando a su países de origen al encuentro con sus familias en estas fiestas de Navidad y Año Nuevo que ya están ‘ad portas’, ‘a las puertas’.


‘A las puertas’, es la sensación que día a día se me hace más presente no sólo pensando en el ‘recuerdo del nacimiento del Salvador hace ya 2000 años en Belén’.

‘A las puertas’, es la verdad que va tomando cuerpo en mi mente y corazón día a día, al ir experimentando con índices objetivos de exámenes médicos y con sensaciones claras en mi cuerpo, el avance ahora más rápido de mi compañero inseparable, mi Ca.


Luego de subir a uno de los 5 transantiago que juntos pasaron por mi paradero vecinal, pude estar con ¾ de hora de anticipación a la hora citada en el ‘buró’ de admisión del Hospital Clínico de la UC. Y menos mal, porque la burocracia al parecer inevitable’, me detuvo allí por 1 hora, y sólo me liberó gracias a que me moví personalmente para que recibieran las certificaciones y me permitieran subir al 4º piso donde me esperaban la Enfermera Jefe del Doc. Álvarez, mi oncólogo, y él mismo.


A la recomendación recibida en el ‘buró de admisión’ de “tener paciencia”, debí explicarles que “paciencia no es sentarse a esperar al borde del camino; sino caminar en paz a pesar de las dificultades, pero sin sentarse a esperar que la vida pase… y que las soluciones nos caigan del cielo. Y hacerlo usando la inteligencia y las manos que Dios nos ha dado”.
Tal vez hayan sido los caminos de Dios para hablar de la ‘verdadera esperanza y de nuestro modo de vivirla en esta Navidad’


Tan pronto logré llegar, y antes de entrar en la cama 1 de la 401, ya las enfermeras me habían preparado para el examen scanner, sacado la sangre para constatar actualizadamente el índice de Ca en mi organismo y comprobado mi peso en descenso lento pero progresivo.

El doctor me visitó con palabras tranquilas pero claras, señalando que había algún avance significativo del Ca, y que haríamos un set de exámenes para determinarlo y proveer al mejor tratamiento a seguir.

Y ya llegaron los camilleros y en minutos ya estaba entrando en la máquina del scanner y sin darme cuenta, de regreso a mi cama 1 de la 401 UC.

Ahora, comiendo papillas y, como los japoneses, de a poquito y ocho veces en el día, espero más tarde la nueva visita de mi doctor amigo, para enterarme de los resultados de los exámenes y del camino a seguir a partir de hoy.

Muchas cosas posibles pasan por mi cabeza, pero hay una que se mantiene firme inamovible en mi corazón: mi voto de obediencia como religioso de los SSCC, ahora más claramente vivido como ‘disponibilidad radical sin condicionamiento alguno a la voluntad del Señor’, a quien le `pertenece toda mi vida desde el seno materno’. También para servir en las misiones en que me ha encomendado colaborarle a Él y a Su Iglesia a lo largo de mis 67 años de bautizado y casi 42 años de sacerdocio y 50 de vida religiosa.

Sigo con ánimo (y una suficiente cuota de inconsciencia) disponible a estar ‘donde Él quiera, haciendo lo que Él quiera y hasta cuando Él quiera’.

Y sería mentiroso si no lo confesara: gozando mucho de los servicios que estoy pudiendo prestar en la Parroquia de San Pedro y San Pablo, junto al Padre Esteban y a tantos hermanos y hermanas de dentro y fuera de ella, comenzando por mi propio hermano Arnoldo y su Comunidad Q; viviendo, trabajando, soñando despierto, descansando y durmiendo en la misma pieza en donde el Tata Esteban vivió sus últimos años de vida hasta su pascua hermosa.

Él, junto a Jesús, “en quien siempre tuvo fijos sus ojos” y a María, me acompaña.
Y con Él tres de mis ahijados que así me lo prometieron antes de partir.
Y con ellos allá y aquí en la tierra, un número innombrable de hermanos y hermanas que me acompañan con su cariño, preocupación y oración a toda hora, entre los cuales sería injusto no reconocer a mis sobrinos y a mi familia grande de 'hijos, ahijados y hermanos' que el Señor me ha regalado a lo largo de ya 41 años de ministerio sacerdotal.

A ellos tengo que agregar a los muchos ‘colegas en el Ca’ que me han pedido acompañarles este año en su camino de cruz y muerte, con quienes hemos sellado el compromiso: ‘el que llega primero, le ayuda a su compañero’. Cuento ahora yo con su compañía.

Unos días atrás me confidenciaba una de ellos: ‘No le tengo miedo a la muerte… pero sí a los dolores en el camino hacia ella’.
Compartiendo con ella ese temor, sin embargo debo reconocer que no lo es tanto en mi caso, porque:
1. sé de los adelantos de la medicina -gracias a Dios -,
2. sé que Jesús que se dejó ayudar por un Cirineo, es ahora nuestra Cirineo fiel,
3. y sé que ‘no hay dolor inútil’, que no deje un peso de vida y sabiduría para vivir y compartir con otros, o lo que es lo mismo dicho en palabras desde el Evangelio: ‘que la cruz no termina negra en un Viernes Santo; sino verde primavera, florida en la esperanza, y RENACIDA a la VIDA en un Domingo de Resurrección’

Y ahora a seguir esperando no sólo los resultados de los exámenes (acaba de pasar mi doctor y me ha dicho que tiene las placas; pero no aún el informe del especialista,... tal vez mañana) ; sino al Señor que viene sobre todo para mí, cada día más cerca, especialmente en esta Navidad.

Y esperarlo no sentado ante un ‘buró’; sino pedaleando mi bicicleta como el Tata Esteban yendo yo también con iniciativa y fidelidad, al encuentro de Él, que viene en cada hermano o grupo que me necesite aún en algún servicio a mi alcance.

Seguimos caminando, cada día más cerca de la Meta, del ‘Kairòs’ (La Hora) del encuentro definitivo con Jesús mi Amigo siempre fiel, y con el Padre ‘todo misericordioso’, en el Espíritu de fortaleza, de Amor y de Paz que ya me acompaña.

Gracias a Dios en cada uno de ustedes, el camino que me queda, sea corto o largo, con dolor o sin él, podré seguir viviéndolo con ánimo, alegría y paz.

SIMPLEMENTE “GRACIAS A LA VIDA”,
aquí y más allá.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Sepultados bajo el SUNAMI de la DROGA

¿podremos salir a flote?

Hace ya unos años en que un vecino profesor de una escuelita del sector, nos lo advirtió:
“ya llega la droga. ¿Podremos resistirle? Ya viene nuestro SUNAMI”.

EL SUNAMI YA LLEGÓ … …
Y NOS ENCONTRAMOS SUMERGIDOS EN EL SIN SABER NADAR.

Aunque no logramos ni siquiera la posibilidad de tener datos estadísticos objetivos, ¡tan poderoso lo es!, sin embargo no tenemos ninguna duda de que estamos sumergidos :
muchos jóvenes-niños y mamás dueñas de casa solas, como mini-traficantes;
otros como consumidores habituales (no podrían serlo de otro modo);
y todos, como cómplices implicados por nuestro silencio, víctimas del temor.

Al reincorporarme en nuestra parroquia tuve un saludo de lo expresa mejor:

Recién cayendo la tarde, me detuve en mi bicicleta ante un semáforo en rojo en pleno centro de la población.
Junto a mí escuché desde el paradero del 05, una voz de un niño de unos 12 años: ‘viejo c... de tu m… , ¿querís que te meta un escopetazo?’ A mi pregunta ¿qué te pasa?, ¿sabes quien soy?, agregó: ¿erís un paco?. Y al decirle que era el cura de la parroquia de la esquina, agregó ¿qué es eso?.
La luz verde me invitó a seguir pedaleando, mientras le decía: ‘otro día te lo explico’. La verdad es que en ese momento sospeché que la escopeta que tenía entre sus manos no era de juguete…

Entre $300.000 y 500.000 te ofrecen por guardar en tu casa un fin de semana un paquete de droga.
¿Qué mamá puede no sucumbir a esta oferta que le permitirá proveer a la alimentación, ropa y educación de sus hijos, desde su pobreza y el abandono de su familia por el papá cesante, … más aún si así queda ‘asegurada’ de por vida en tener las medicinas y todo lo que necesite … y hasta un funeral de primera cuando lo requiera?

Y ¿qué joven egresando de 8º básico preferirá seguir estudiando para ser egresado de Media cesante, ante la oferta alternativa de ser un mini-traficante con dinero y auto los fines de semana?

¿Quién dejará de concurrir al llamado del fuego artificial a medio día y a plena luz, para adquirir la 'droga llegando a casa', más aún si él mismo debe vender para poder consumir la que necesita imperiosamente en su esclavitud de drogodependiente?

¿Quién?
Sólo los carabineros, que tendrían que enfrentarse con las cuchillas, revólveres o escopetas recortadas que les esperan y en seguida con el sumario correspondiente, arriesgando su vida, profesión y familia, mientras ‘la justicia’ deja en reiterada libertad a los segundos por ser ‘menores de edad’ y no busca detrás de estos a los peces gordos que en autos último modelos con alerones que desafían al viento, se pasean a toda hora por nuestras calles y pasajes, dueños de nuestro presente y futuro, como ‘benefactores’ de los pobres y desesperanzados.


El Viernes Santo, en dos escuelas particulares católicas del sector parroquial, afirmé: “SEGURAMENTE más de uno de ustedes ha recibido la oferta de una cuantas monedas como Judas, para matar a Jesús, ahora en sus amigos con la droga…”
Al mirar a los de 8º básico, todas las miradas estaban inclinadas al suelo.

Hay que fortalecer una familia destruida en la práctica y también por las leyes…
hay que mejorar la educación con educadores que perdieron el respeto de sus alumnos cuando no les importó dejarlos abandonados buscando ante todo ‘sus derechos’ …
¿Será posible?

Hay que acoger cordialmente a los que ya no tienen al papá ausente, a la mamá encarcelada por comercio de drogas…, ni familia;
hay que capacitar laboralmente, llevarles a una práctica laboral en empresas amigas,
y luego apoyarles a formar mini-empresas… … …
¿para ganar con esfuerzo en un mes lo que en un fin de semana sin esfuerzo les ofrecen lo ‘señores de la droga’ con mejores ‘previsiones’ que cualquier afp.?

En una reciente reunión en nuestra sede parroquial, se nos decía:
“ustedes tienen la motivación que ha llegado a todos
y la fuerza espiritual imprescindible
para resucitar de bajo de este SUNAMI:
su nombre, EL TATA ESTEBAN,
aceptado en sus valores y reconocido por católicos, evangélicos y ateos de la población.”

Cultiven la semilla sembrada por su palabra y testimonio de vida, y que sigue con fuerza presente en medio de ustedes.

Sigamos la huella de ESTEBAN, “FIJOS LOS OJOS EN JESÚS”, siendo
“MISIONEROS CON CRISTO EN LA VIDA DE NUESTRO PUEBLO”.


El SUNAMI no nos ha vencido aún hasta la muerte.

Hay una tumba vacía… y un SEÑOR RESUCITADO.


Padre Miguel Esteban Macaya Montero, sscc
Parroquia San Pedro y San Pablo,
La Granja, Stgo., 02 dic. 2009.

martes, 1 de diciembre de 2009

“CUMPLEAÑOS ACERCÁNDOME A LA META”

  • “Un clavo más en mi ataúd” [Juan Pablo Schlösser]

    “Un paso más al encuentro del Amigo anhelado toda una vida” [ Pablo Fontaine sscc]

    Sin ninguna duda puedo sinceramente afirmar que estoy lejos de las dos opiniones citadas.
    La primera, porque no la comparto.
    La segunda, porque me queda grande aún.

    La vida ha sido para mí mucho más que la construcción de un ataúd en el cual llegar a descansar en un cementerio. Uno al lado del otro, sin comunicación, aislado en su condición de muerto.

    Ha sido un regalo de Dios ya aquí en mi caminar de cada día, en comunión fraterna no siempre pacífica, pero hermosa, con logros que han llenado de sentido mis esfuerzos – incluso las cruces -, y que han renovado mis sueños nunca adormecidos, hasta el presente.

    ¿Podría como Pablo decir con verdad que toda mi vida ha sido un anhelo insatisfecho por llegar a un encuentro definitivo y plenificante con el Amor de mi vida?

    Cuando debo reconocer que frecuentemente, y hasta habitualmente, mis servicios han sido una búsqueda de realización personal para mí, mendigando el reconocimiento y alabanzas de quienes sirvo …, debo reconocer que el Señor de la Vida, que nos espera siempre con los brazos abiertos, no ha sido realmente el objeto primero de mis esfuerzos y sacrificios tan reconocidos y agradecidos por los que yo buscaba servir.

    He pensado que este tiempo de supervivencia, más allá de lo previsible medicamente, no es un tiempo de servicio aún para mis hermanos aquí en la tierra.
    Sin desconocer que también puede haber algo de ello en el plan de Dios, pienso que más bien es un ‘tiempo de GRACIA’ que Quien me ama y quiere ser el Amor de mi vida, el Amigo siempre fiel, me regala, esperando que yo despojado de mi mismo pueda estar preparado para encontrarme definitiva y plenamente sólo con Él y mis hermanos.

    Tiempo de purificación necesario para poder acoger el REGALO de una VIDA PLENA, que sólo podemos alcanzar, despojándonos de nosotros mismos para abrirnos totalmente a la grandeza de Su Amor.

    Tiempo de aprender a vivir en DISPONIBILIDAD cada amanecer y ACCIÓN DE GRACIAS cada atardecer, abriendo mis ojos y mi corazón para reconocerlo presente en mi vida cada momento; pero especialmente en algunos momentos en que buscándome a mí mismo, me desconcertó saliéndome al encuentro, haciendo por mi maravillas, y obligándome a reconocer mi condición de pobre siervo útil pero prescindible, llenando mi vida de alegría y de luz.


    Un CUMPLEAÑOS en esta situación de espera temerosa y confiada en su misericordia, es sin duda un CUMPLEAÑOS MUY DISTINTO de todos los anteriores.

    Es la ocasión maravillosa de tomar conciencia del Amor por encima de todo merecimiento.
    De reconocer en los saludos interminables de tanta gente – incluidas las enfermeras de mis quimioterapias encendiendo una velita en un quequito personal y cantándome el cumpleaños feliz – el Amor apasionado
    de Quien hace 67 años me regaló la vida amenazada de no sobrevivir al parto,
    de Quien en su larga paciencia ha debido caminar sólo a mi lado por todos estos años.

    ¿Por qué será que debía llegar hasta este momento para encontrarme recién con Dios?, como me lo confidenció Rodrigo dejando el hospital de la UC para morir en su casa, luego de administrarle yo la Unción de los enfermos .

    Un CUMPLEAÑOS a las PUERTAS de este ENCUENTRO, no podría ser sino totalmente distinto del que sólo suma 365 días de vida a los 365 anteriores.

    Es la ocasión de agradecer Su AMOR hecho presente a través de tantos que no me olvidan y oran por mí, con quienes hemos colaborado en el levantar una viga del piso devorada por las termitas, de esta Casa de Dios entre nosotros, que es Su Reinado.

    Ocasión de reconocer y agradecer el testimonio vivo de FE de tantos hermanos y hermanas que el Señor me fue regalando a lo largo del camino de mi vida, y que no sólo marcaron mi vida, sino que me han permitido entrar en estos Molokais del Sida, del…, y ahora del Cáncer, con una mirada distinta llena de ESPERANZA.

    Agradecer la hermosa experiencia de compartir estas FE y ESPERANZA con otros ‘colegas enfermos’ no sólo de cáncer en su cuerpo sino en su corazón.
    Y como Damián, no sólo cambiar el ánimo con qué llevar personalmente la lepra;
    sino además trasformar y RESTAURAR estas islas malditas en que muchos viven,
    en islas de esperanza..

    Agradezco una vez más el testimonio de Pablo,…
    y el de Ricardito al partir: ‘padrino te voy a estar siempre acompañando en la moto, especialmente cuando vuelvas a la selva’…,
    y el de Fernando viviendo su pascua apenas una semana antes de mi diagnóstico:
    “Sé que Diosito puede hacer un milagro… pero más seguro estoy que Él me perdonará mis pecados, y que no va a abandonar a mis dos hijitas que quedan sin papá ni mamá”.


    Ocasión finalmente de ponerme las pilas
    en este encuentro pleno de disponibilidad confiada en las manos del Padre,
    de cuidar mi oración desde el corazón,
    y mi acción buscando sólo la Gloria de Dios.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Fiestas Patrias, Fiesta de La Patria, FIESTA de LA ESPERANZA

18-19 de Septiembre de 2009:
199 años de ‘vida independiente’ de esta tierra en que nacimos y de esta ‘familia’ que nos hizo crecer entre nieblas densas y amaneceres radiantes.

¿Podremos hablar de ‘vida independiente’, y de ‘familia’?

¿Y en qué sentido podremos los ‘chilenos’ llamarla ‘tierra nuestra’, conscientes de que en buena medida usurpamos lo que fuera por siglos de nuestros antepasados aborígenes, antes del 1810?
Más aún cuando la conciencia universal nos lleva a reconocer que nada de este mundo podemos apropiárnoslo; sino que desde sus orígenes esta tierra nos pertenece a todos sin ningún derecho prioritario, a no ser el que nos da el ser hermanos, ‘hijos’ de Dios y de la misma ‘madre tierra’.

FIESTA, sin embargo, aunque vivida en deuda y con conciencia de futuro.
En deuda, por todo lo recibido y compartido inmerecidamente.
Con conciencia de futuro, por todo lo que el Hacedor ha puesto en nuestras manos, bajo nuestra responsabilidad de hijos adultos, co-constructores con Él, y de hermanos solidarios corresponsables de la vida recibida y proyectada según el plan creador.

De una PATRIA, que no nos pertenece egoístamente, sino que le pertenece a esa Patria, no sólo latino-indo-americana de Bolívar; sino a esa Patria globalizada por innumerables puentes intercomunicándonos en nuestras historias, realizaciones y sueños, que brotan de lo más profundo de esos seres maravillosos que somos cada uno de sus habitantes.

FIESTAS PATRIAS de todas las patrias hermanas, cada día a lo largo de todo el año, enriquecidas por la comunión en la diversidad, no en competencia sino en colaboración corresponsable y fraternidad agradecida ante el Creador y Su creación. Sin olvidarnos de Él, ni tampoco sin negarlo, considerarlo hoy como innecesario, prescindible.

Fiestas Patrias, de todas las Patrias de esta tierra nuestra, que proyectan inevitablemente nuestra mirada y nuestro corazón hacia… … …
LA PATRIA y esa GRAN FIESTA que nos espera a todos los que, luego de descansar al término de nuestro camino, nos levantaremos para BAILAR UNA CUECA LARGA por toda una eternidad. (“Padrino: esta noche voy a descansar hasta tarde… y mañana me voy a levantar para bailar un cueca”, me dijo Ricardito a sus 12 años, un 17 de Septiembre antes de su amanecer definitivo del 18 del 90).

Una CUECA y no de 2 o de 3 bailarines, sino de todos los que supimos ofrecer un pañuelo blanco a quien caminaba en esta tierra junto a nosotros, con sus ojos bañados de lágrimas.

FIESTA definitiva y de LA PATRIA única, que nos espera más allá de la barrera de salida de este Campamento Provisorio, y que nos desafía a hacer de estas nuestras Fiestas Patrias un adelanto, pleno de sentido, recogiendo y celebrando auténticos motivos de gozo.

Fiesta Patrias por lo tanto, lejos de cualquier forma de evasión en el trago, la droga, la comida, el baile, … que sólo nos llevan al final de la fiesta a una noche más oscura sin futuro, en vez de reanimarnos en un nuevo amanecer pleno de esperanza, objetivo de toda Fiesta verdadera.

¿Podemos celebrarla con verdad?

FIESTA de LA ESPERANZA, adelantada y vivida ya AQUÍ y AHORA, recorriendo unidos de la mano, estos caminos llenos de zanjas, barros y piedras; pero también, ofreciendo a toda mirada limpia, valles hermosos, vertientes cristalinas y rocas firmes en las cuales apoyarnos para caminar y para echar los cimientos de ‘una ciudad construida en libertad… un mundo ancho …, donde podamos cantar’.

FIESTA de LA ESPERANZA sólo auténtica para quienes nos hagamos cargo de construirla cada día desde lo pequeño, y con los pequeños a los ojos de los importantes…; pero destinada a todos quienes acepten ser hermanos.

FIESTA de LA ESPERANZA, sólo posible de mantener en medio de tantas nubes oscuras, incomprensiones y fracasos de cada atardecer, si somos capaces de percibir en medio de todos ellos, la vida que con la fuerza de su Creador rompe la corteza de la semilla y se eleva por en medio de las malezas … y alegrarnos comprometidamente poniéndonos a su servicio.

FIESTA de LA ESPERANZA, sólo posible cuando cada amanecer se la adelanta, compartiéndola con todos los creyentes en el CRISTO VENCEDOR DE LA MUERTE y con todos los hombres y mujeres de Buena Voluntad, que hemos creído en el triunfo del amor y optado por hacer de nuestra vida:
una Eucaristía de Acción de Gracias,
un Ofertorio de amor,
una Misa de Misión.





Feliz Fiesta de La Patria en la ESPERANZA ADULTA.
MEM sscc


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“Un día nuevo empieza, Alegría.
Cantemos al Señor.
La tierra es cosa bella,
Su mano la formó.”


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lunes, 31 de agosto de 2009

NO HAY DOLOR INÚTIL ...

QUERIDO JOVEN HERMANO:

Aunque hay 50 años de edad que nos distancian, sin embargo hace ya un par de años que el Señor quiso hacernos encontrar en una relación de hermanos: tú me elegiste para ser tu hermano mayor, y yo acepté adoptarte como mi menor; relación que aprendí entre los quechuas y aimaras, entre los cuales simplemente llaman “mi mayor” al hermano que asume la responsabilidad de hacer presente para su familia al papá largamente ausente, por estar en un trabajo lejano mas adentro en la selva o muy arriba en las minas; o simplemente porque ya no estará más en casa.
Fue Jesús, sin duda, Quien quiso compartir conmigo y para ti, la hermosa misión de ser tu “mayor”, y acercarte al Dios Padre, que siempre te amó y que te quiere muy cerca de su corazón de papá.

No pasaron sino algunos meses en que el Señor quiso que ambos, como hermanos cercanos, por distintos motivos compartiéramos en algo el camino de la cruz de Jesús nuestro “mayor” común. Fue así como ambos debimos experimentar el dolor, difícil de expresar y comprender para quien no lo ha vivido, de tener que ‘partir’ dejando en el pueblo en el cual habíamos crecido, a tantos que fueron de verdad amigos y hermanos, con quienes compartimos buenos y a veces malos pasos, caminos de luz y de sombras, pero siempre plenos de esperanzas.
Mi partida fue debida a una inesperada enfermedad.
La tuya, fue luego de una larga y difícil decisión de tus papás, pensando en tu presente y tu futuro, necesitado de un cambio que aunque duro, te permitiría un futuro más seguro.
El celular fue a partir de ese momento, el canal de comunicación que nos ha permitido mantener este contacto que el Señor quiso iniciar previamente entre nosotros.

Transcurridos apenas 11 meses desde nuestro distanciamiento físico, tú más al sur y yo en la Capital, el Señor nos ha invitado a compartir más profundamente su vida: su camino y su misión.
Nos lo había advertido con sinceridad, como Él sabe siempre hacerlo: “el que quiera ser mi discípulo, tiene que tomar su cruz y seguirme”.

Un día 5 de Octubre encomendó a los médicos de la Católica, informarme con toda verdad, que yo padecía de un cáncer pancreático terminal, con una supervivencia previsible de sólo tres meses. Y que mi anhelo de poder regresar a La Unión, debía dejarlo en el cajón de los recuerdos, ya que cualquier tratamiento me obligaba a permanecer en Santiago.
Sólo me quedaba orar al Señor que me permitiera llevar este tiempo sin mucho dolor físico y con buen ánimo confiando que en Su misericordia me acogería en su casa y que Él seguiría cuidando de mis seres queridos y de mis sueños inconclusos en este paso por esta etapa de mi vida en La Unión.

Ahora, hace sólo tres días, he sabido que a ti también el Señor te ha incorporado entre sus más cercanos, compartiendo también la cruz de la enfermedad y del dolor.
Aunque en tu caso no se trata de una enfermedad terminal, sin embargo sí que lo es muy dolorosa y podría incluso llegar a tener consecuencias limitantes para la vida que recién inicias, un adolescente abriendo tu mirada a la juventud.

¿Qué pensar? ¿Cómo reaccionar ante el dolor, ante las cruces con que nos carga la vida?

Una vez más, la sabiduría de nuestro pueblo, con sus dichos a menudo enriquecidos desde la fe en el Evangelio de Jesús, viene en nuestro auxilio: “no hay mal que por bien no venga”, “no hay dolor inútil”… y “la Semana Santa no termina el Viernes de Pasión, sino el Domingo de Resurrección”

Un niño que se ha criado y crecido físicamente entre algodones y cojines, siempre en brazos de su mamá y/o papá, no puede crecer físicamente y menos interiormente, y por tanto nunca alcanzará la madurez.
No son los éxitos los que nos obligan a corregirnos y progresar; sino los fracasos los que nos ayudan a crecer y madurar como personas integrales, no sólo por fuera; sino desde dentro, desde el centro de nuestra vida, desde el corazón… nos decía recientemente el entrenador Bielsa.
Es mi propia experiencia, confirmada personalmente, y en las historias de tantos amigos compartidas a lo largo de los años que el Señor me ha regalado.
Como tu “mayor” te lo aseguro.

Pero hay al menos tres condiciones, para que esto sea posible, para que el dolor sea fuente de Vida Nueva para ti y a través tuyo para otros que el Señor vaya poniendo cerca de ti.
La primera: que como Jesús aceptes ser ayudado a cargar tu cruz por un Cirineo. Y ese Cirineo para nosotros no es otro que el mismo Jesús. Él se dejó ayudar, ahora el debe ayudarnos.
La segunda: que abramos nuestros ojos, nuestra mente y nuestro corazón, para no tropezar dos veces en la misma piedra que nos hizo caer y aprender inteligentemente de esa experiencia de modo que desde nuestro interior brote animoso un nuevo amanecer, realmente distinto de la noche que nos hizo tropezar.
La tercera: aceptar que el Señor Jesús, nuestro “Mayor”, quiere caminar cada día con nosotros, en medio de otros hermanos, entre los cuales tu aceptas caminar, y con ellos apoyarse mutuamente.
Si recibimos así el dolor y la enfermedad, si asumimos así nuestra debilidad, nuestra difícil verdad, sólo entonces podremos experimentar profundamente el nacer a una nueva manera de vivir, de ver la vida con ojos diferentes, con su verdad: sus penas y alegrías, sus sueños y frustraciones, la salud, la enfermedad y también la muerte.
Si asumimos con humildad el que nuestra vida es un regalo diario del Señor, que no termina nunca; sino que continúa y se perfecciona más allá de este mundo, … y si esto lo vivimos con la paz y la alegría de quien se sabe en manos de un papá que es Dios, … …
sólo entonces nuestra alegría crecerá aún mas al constatar que otros, viéndonos así enfrentar la vida, han podido reconocer también en nosotros a ese Dios Papá que ellos nunca habían conocido, y que a través de nosotros ha querido acercarse a ellos para regalarles su amor y su paz del corazón, por encima de todos sus problemas, sufrimientos o desesperanzas.

Con humildad lo digo: creo que ha sido en parte al menos tu propia experiencia al encontrarte conmigo y acompañarme en mi situación actual.
Con esperanza lo digo: creo que tú has sido también llamado desde tu experiencia y situación actual, a ser ese “mayor” para tus amigos: los de ahora en el sur y los de antes en La Unión.

Permíteme alegrarme ahora contigo de no sólo ser “tu mayor”; sino de que tú puedas ser “su mayor” para tantos amigos que el Señor te ha ido confiando y te seguirá confiando a lo largo de los años que Él mismo te regale.
Permíteme contigo unirme para darle las gracias al Señor por poder compartir con Él Su Cruz, y clavado a ella con Él, identificarnos mas con Él, traspasadas nuestras manos sobre Sus manos, nuestros pies sobre Sus pies, nuestro corazón sobre Su Corazón.

Y desde el dolor, que aún muriendo se olvida de sí mismo para ocuparse de su Madre y de su amigo Juan, … … por ser testigos para todo el mundo de tener un Padre de los Cielos, en cuyas manos con JESÚS, siempre podemos poner con confianza, fe y esperanza nuestra vida entera:
“Padre, si es posible que pase de mí este cáliz de dolor, …
pero que no se haga mi voluntad sino la tuya…”

Recibe mi cariño crecido día a día desde el dolor, hecho sonrisa y amanecer de esperanza cada día, desde la fe recibida y compartida contigo y los tuyos.

Confío en ti, como el Señor confía en nosotros. Él es nuestra fortaleza.
Espero tus noticias.
Tu hermano “mayor”.
MIGUEL ESTEBAN sscc

domingo, 2 de agosto de 2009

Entrando ya en AGOSTO

QUERIDOS AMIGOS, hermanos, ahijados, ‘hijos/as’, …

Entrando ya en este mes de AGOSTO 2009, no puedo dejar de recordar a mis mayores cuando decían: ‘si paso Agosto…’, y de manera especial a mi abuelita Lala, partiendo el 13 de un mes como éste, luego de habernos hecho rezar cada año el mes de María frente a su imagen adornada sobre la cómoda de su pieza, incluido mi papá, antes de ir a jugar la diaria ‘brisca’ con él.

Este miércoles 5 estaré ya cumpliendo 10 meses desde que los médicos me diagnosticaron un cáncer terminal y una sobrevida de apenas 3 meses.
Y como la ‘mala yerba nunca muere’ y gracias a los ‘santos en la corte’ (p. Esteban sscc y mis ahijados Mauricio, Daniel y Ricardito), seguimos con bastante buena salud pudiendo aún servir pastoralmente, aunque ya no en el ‘sure’ que a tantos nos conquista con su sonrisa de sol entre las nubes y la lluvia.

Precisamente este 5, si Dios me lo permite, estaré viajando a esas tierras para acompañar a mi hermano sscc Javier, en su ordenación diaconal, y para agradecer a tantos hermanos y hermanas de La Unión que me han seguido fielmente con su cariño y recuerdo en la oración.

Digo agradecer y no despedirme.

1º porque no quiero dejar la posibilidad de que el Señor me permita, una vez cumplida la misión que ahora me ha encomendado en esta capital, volver como el ‘hijo pródigo a la casa paterna’.
2º porque no creo que el Señor me vaya a llamar tan pronto junto a Él en la Casa del Padre. Me falta todavía mucho camino para poder escucharle: ‘siervo fiel y prudente… entra en el descanso de tu Señor’… aunque confío plenamente, como me lo enseñó antes de vivir su pascua Fernando de Manzanar, que la misericordia del Señor está lejos por encima de nuestros méritos… (sabiendo que mientras más años, más pecados acumulamos…)

Sin embargo, tengo la impresión bastante cierta de que los días y semanas no pasan en vano… y que el cáncer no se olvida de que él tiene un proceso que la medicina aún no sabe detener.
Sólo le ruego al Señor - como ese día del Sacramento de la Unción de los Enfermos en el Memorial del Padre Esteban sscc – que me acompañe en el tiempo que anteceda a mi partida aliviándome los dolores inevitables, o bien dándome la salud necesaria para ser útil pastoralmente “en donde Él quiera, haciendo lo que Él quiera, y hasta cuando quiera”.

También que el mismo Señor les ayude a todos ustedes conmigo, a mantener viva la fe en una vida que continúa eternamente, y a considerarnos privilegiados por vivir ‘más pronto que tarde’, el regalo inmerecido del ENCUENTRO DEFINITIVO con el SEÑOR.

Y que en esa convicción y segura esperanza, podamos seguir unidos todavía aquí, aunque sea en lugares distantes, sirviendo a nuestra Iglesia en su Misión de restaurar el REINO de DIOS, ya hoy en nuestra realidad y sector pastoral.

Así lo quiera el Señor,
que nos hizo Sus colaboradores
en los caminos de la vida.


MIGUEL ESTEBAN sscc.

Desde la ventana

Desde la ventana de mi pieza en este retiro provincial en Padre Hurtado, (¿el último antes de mi partida?) me he detenido a observar el hermoso parque soleado que nos rodea, con sus prados verdes, palmeras y araucarias, y sus pájaros criando a sus pequeños y cantando entre sus ramas.

Aún puedo descender a pasearme por sus prados y hacerme eco de los cantos de sus aves entre las ramas de sus árboles, y dar gracias a Dios por poder tener aún los sentidos abiertos para percibir tanta belleza y un corazón grande para saborear la hermosura de la vida, a pesar del smog y la basura que nos amenazan cada día desde la gran ciudad.

Aún puedo descender y caminar por en medio de tanta belleza.

Pronto llegará, sólo Tú lo sabes, el momento en que podré sólo contemplarlo desde mi ventana,
Y, cuando sólo podré guardar su recuerdo en el fondo de mis ojos y mi corazón.

Será aquel el momento, en que aún NO podré levantarme para ir al encuentro de la Vida Plena paseándome libremente en medio del Parque que me espera más allá, sin duda más hermoso que este su sacramento en el parque frente a mi ventana.

¿Estaré preparado para cruzar ese inevitable momento de desierto, donde la vida pareciera haber muerto y su hermosura destruida?
¿Podré, al irse cerrando mis ojos y dejando de latir mi corazón, mantener viva la certeza en que la vida de este parque no ha muerto, sino sólo está enterrada, escondida en mi tierra desierta, abriéndose a un nuevo despertar tan maravilloso como imprevisible?
¿Podré repetir para mí ahora lo que dijera a Rodrigo en el hospital de la UC en el momento de su partida: ‘ya nos encontraremos nuevamente en un lugar más hermoso’?

Señor, dame la gracia hoy y aquí, en este parque maravilloso que Tú nos has regalado como campamento en tránsito, de tener ojos abiertos y corazón grande para percibir, gustar y agradecer las maravillas de Tu Vida en medio nuestro, en mí y por mí, aunque a pesar de mí.

Que en el momento de partir, cuando todo oscurezca alrededor y dentro de mí, sin olvidar este Sacramento de Tu Reino - en el cual me has regalado vivir - , pueda adelantarme en la Fe y la Esperanza seguras, a pregustar ya de ese parque maravilloso y ciudad definitiva en los cuales en Tu Amor nos has invitado a vivir eternamente contigo Amigo Fiel, junto a Tu Padre, y unidos en el mismo Espíritu.


Que pueda con quienes me acompañen en ese momento,
decir Amén
y cantar Aleluya.


GRACIAS desde ya SEÑOR, por Tu paciencia en este tiempo de gracia.
GRACIAS por poder confiar mi próxima pascua a Tu misericordia conmigo.
GRACIAS porque sé que fortalecerás en su Fe también a quienes me quieren.
GRACIAS por Esteban y quienes ya me acompañan desde el Parque definitivo.
GRACIAS por Tu Muerte y Tu Resurrección que iluminan mi vida y mi muerte.


AMÉN.


MIGUEL ESTEBAN sscc.
Padre Hurtado, 16-07-09.

lunes, 6 de julio de 2009

La TRINIDAD vista desde la CANCHA de FUTBOL

LA FIESTA de la SANTÍSIMA TRINIDAD

en el contexto de una semana futbolizada.

Con el respeto correspondiente, me atrevo a usar una especie de parábola, que permita a algunos acercarnos al misterio de la Santísima Trinidad, desde una experiencia tan humana como la que vivimos en estos días de triunfos nacionales inesperados en las canchas de futbol en Paraguay, Toulón y Chile.

Lo primero sería tener ante nuestros ojos la imagen de esas ‘reinas de la primavera’, que invitadas a un encuentro de futbol oficial, bajan a la cancha a dar ‘el puntapié inicial’, luego suben al ‘palco oficial’ y miran desde arriba el partido – cuando no se entretienen conversando de otras cosas que le son más interesantes - para volver a bajar a la cancha con el pitazo final a ‘entregar el premio’ al equipo triunfante y ‘medallas’ a los jugadores destacados.
Si bien esa fue la imagen que marcó nuestra enseñanza tradicional respecto a Dios: ‘creador’, ‘observador distante desde el alto cielo’ y ‘juez final premiador y castigador’…, claramente no es la imagen que corresponde al Dios que con su vida y palabra nos reveló Jesús.

Jesús nos da a conocer que Dios no es un ser solitario, amargo distraído y lejano; sino todo lo contrario, es un Dios Familia, conformada por 3 personas con personalidad y misiones propias, pero tan unidas que son un solo Dios.
En el contexto de esta semana en que los ojos de la mayoría de los chilenos han estado fijos en una cancha de fútbol y sus actores, ¿cómo podríamos acercarnos a comprender en alguna medida este ‘misterio' de la Santísima Trinidad?

Antes de iniciar el partido, en los camarines y al borde de la cancha, podemos ver a un ‘entrenador’ que da vida al equipo. Es él el que decide las contrataciones y quienes lo conforman en la cancha y en la banca de reservas, el que decide la estrategia a seguir para ganar el partido, y el que encima de la cancha sigue a los jugadores, los instruye, les llama la atención, determina los cambios necesarios y los cuida cuando los ve agotados o lesionados.
Y, lo que se nota especialmente cuando son ‘jóvenes de la sub21’, les quiere y cuida dentro y fuera de la cancha como si fueran sus propios hijos.

Pero este ‘entrenador’ que no puede entrar a la cancha, ni menos meterse a jugar en ella, envía a ella a su ‘hijo’ para que lo haga presente en la cancha misma, dirigiendo a los demás jugadores en terreno, obediente fiel a sus instrucciones. Es el que lleva la presilla del ‘Capitán del Equipo’, el que dirige a sus compañeros según las instrucciones recibidas del ‘entrenador al borde de la cancha’ y el que en nombre de sus compañeros aboga por ellos ante el juez del partido.

Pero no basta que el ‘entrenador’ sea excelente. Ni que los jugadores estén bien alimentados, tácticamente enseñados, y con ganas de triunfar ante los espectadores. Ni que el ‘capitán’ cumpla a la perfección su misión. Es imprescindible para ganar el partido, algo más radical: que estén afiatados como equipo, más aún ‘hermanados’ bajo una misma camiseta, y esta camiseta puesta ‘en el corazón’. Sin ‘unidad’ y ‘ánimo’ sostenido hasta el pitazo final y aún más allá, no se gana el partido. Es fundamental desde los camarines y en la cancha tener ‘una sola alma, un solo corazón’.

Para ganar el partido del REINO, para restablecer el Reinado de Dios en nuestra cancha del mundo, para restaurar la Justicia, la Paz y la Fraternidad en nuestra tierra
tenemos un solo ‘entrenador-Padre’, un ‘capitán-Hermano’
y una sola ‘fortaleza-Espíritu’.

Es un Dios Padre que no observa indiferente desde el cielo la cancha en donde nosotros jugamos nuestro partido por la vida, dispuesto sólo a acercarse a nosotros al fin del mundo para premiar o castigar.
Es un Padre cercano, preocupado y ‘ocupado’ permanentemente de nuestro juego y de los que nos pueda pasar personalmente a cada uno de sus jugadores-hijos en la cancha en que nos ha convocado a jugar Su partido.

Es un Dios Hijo, enviado por Su Padre, que entrando en nuestra cancha, poniéndose la camiseta, nos coordina y guía, nos defiende ante el castigo, se involucra en nuestra vida y nos involucra en su misión. Juega con nosotros el partido, y cuenta con nosotros para defender y ganar. Necesita de cada uno para recibir sus pases y jugar en equipo entre todos.

Es un Dios Espíritu Santo, que desde el camarín nos une y anima, y en la cancha nos fortalece cuando los problemas del partido y el cansancio de los minutos nos empujan a dejar de jugar como equipo y a abandonar la misión encomendada.


Alguien podría argumentar que entonces lo único que importa es estar en la cancha y jugárselas para ganar, restableciendo la justicia y la fraternidad, reconstruyendo el mundo de hermanos ideado por el Creador. ¿Para qué perder tiempo en la iglesia o en la casa?
Miopes seríamos si pretendiéramos jugar sin pasar antes por el camarín para ponernos el equipo adecuado, y escuchar las instrucciones finales del entrenador.
Sin el entretiempo necesario para revisar y mejorar el cómo estamos jugando, y para ingerir una vitamina y la bebida refrescante, y reforzar el espíritu que nos congrega bajo una misma camiseta.
Sin las horas de entrenamiento y aprendizaje teórico-práctico, previas a cada salida a la cancha.

Tal vez sea el motivo por el cual tenemos tantos cristianos que juegan sin coraje, no saben jugar en equipo, o abandonan la cancha desanimados antes de terminar el partido.

Y esto está muy lejos del encerrarse en la ‘sacristía’;
es participar activamente en la ‘iglesia-comunidad’ que no podrá nunca ser reconocida como cristiana, con la camiseta de Cristo, si no sale cada día a la cancha a jugárselas por el Reino de Dios, como
“misioneros con Cristo en la vida del pueblo.”




Parroquia San Pedro y San Pablo
Zona Sur – Santiago

EN LA PASCUA DE RODRIGO celebrando a DAMIAN de MOLOKAI

Son las 11,00 hrs. del día 10 de Mayo de 1999, en la Población Villa Esperanza, construida sobre rellenos entre los pajonales marginales al final de la calle Colo-Colo, de la ciudad de Concepción.
Luego de una espera de 15 minutos frente a la Capilla Teresita de Los Andes, llega la encargada con las llaves de sus candados. Coordinadamente estaciona el furgón mortuorio de una empresa de pompas fúnebres que tiene convenio con la Municipalidad para el entierro de indigentes.
Rodeados por los vecinos, sus hermanos y amigos introducen a RODRIGO en la sede de la que fuera su comunidad bautismal.
Colindante con la Capilla Católica está ubicado el ‘templo de la Iglesia Pentecostal’. Sus miembros también hoy acompañan a Rodrigo en su última despedida, unidos todos en la huella del común Hermano Mayor.

Es el día de la Fiesta Litúrgica de Damián sscc, el apóstol misionero entre los LEPROSOS de la isla de Molokai.
Llevado por Él, semanas antes había llegado hasta el tercer piso del Hospital Regional, para conocer y acompañar a este nuevo ‘leproso’ de nuestros tiempos, en su lecho de dolor y desesperanza.

Hoy, es Damián sscc, quien lo acompaña en su regreso a la Casa del Padre, y nos invita a todos los presentes, desde la página del Evangelio de su fiesta, a seguir como Él, al Buen Pastor que vino para dar su vida entera por sus ovejas.

Desde Rodrigo, el mismo Damián nos recuerda las palabras de Jesús: “Tengo otras ovejas que no son de este aprisco ... habrá un solo rebaño y un solo Pastor ”, y hace brotar imperdonablemente el compromiso ante su cuerpo colocado delante del altar: unirnos todos, desde los distintos apriscos, siguiendo a Jesús Único Pastor, para servir la VIDA de la Población en todas sus necesidades, y de modo muy especial la VIDA de los jóvenes más pobres y marginados entre ellos mismos.

Rodrigo, que desde la soledad del hospital le exigiste a Jesús te ayudara a llevar tu cruz, para que así unida a la Cruz del mismo Jesús, sirviera como tu aporte a la Reparación del pecado del mundo, entra ahora – misión cumplida - en el gozo de tu Amigo, Hermano y Señor.

Tu dolor no ha sido inútil.
Tu muerte no ha quedado estéril.

Tu Pascua, unida a la de Jesús y a la de Damián, nos ha servido para dar
un paso más en nuestra Pascua de peregrinos
hacia el sueño del Padre:
“un único rebaño, bajo un mismo y único Pastor”.

Unidos ayer con Daniel pudimos decir:
‘gracias mi SIDA, fuiste mi Cruz y mi resurrección’.

Hoy unidos con Rodrigo podemos decir:
“gracias mi SIDA, crucificándome con Jesús,
has sido para mi pueblo un
Amanecer de Resurrección”


Concepción, lunes 10 de mayo de 1999.

MEM/mem

lunes, 8 de junio de 2009

ALZANDO BARRERAS

ALZANDO BARRERAS

Son ya casi las 4 de la tarde.
Una BARRERA se interpone a mi avance.
Miro por si hubiese algún lugar por donde pasar al estacionamiento de la Catedral, poder dejar mi moto y participar en la Misa de Envío de los jóvenes.
Es inútil. Todo está bien bloqueado.

Alguien me alcanza en ese momento caminando...
y se me adelanta, para ALZAR la BARRERA
que me impedía avanzar al encuentro con los jóvenes.
Es Don Antonio, nuestro Pastor... “Adelante”, me dice.

Un tanto sorprendido avanzo, y junto con él nos incorporamos a la asamblea de jóvenes congregados para “celebrar la partida” y “recibir el envío de la Iglesia Diocesana”, yendo al Encuentro con Jesús y con sus otros hermanos jóvenes provenientes de todo el continente.

La fiesta está comenzando ya aquí en casa, no sin antes celebrar el reencuentro de muchos de los jóvenes allí congregados con el Amigo siempre fiel, que desde tiempo estaba aguardando poder volver a compartir la amistad de ellos, volviendo a plantar Su tienda en su corazón.

“Si voy al encuentro del Señor y de otros jóvenes, debo hacerlo con el corazón limpio” me manifiesta uno de ellos; ... mientras otro me confiesa: “me había alejado de la comunidad... a causa de los amigos, Ud. sabe”, aceptando de inmediato el desafío de asumir la responsabilidad de ir invitando precisamente a esos amigos que lo habían alejado, para incorporarse también ellos en ‘el grupo de los amigos de Jesús’.
“Es tu misión ahora. Por algo sería que el Señor permitió que los encontraras”, le recuerdo.

El ENVÍO ya ha tenido lugar de parte del Pastor. Y es él mismo, quién acompañado de nosotros los sacerdotes, sale al atrio de la Catedral frente a la plaza, para bendecir la fiesta de canciones, palmas y bailes juveniles que testimonia ante la ciudad la Buena Noticia que “el Señor camina con los jóvenes, también hoy”.

Más tarde, mientras regreso a mi comunidad, releo en mi corazón, la Palabra que el Señor me ha querido dirigir esta tarde, desde el borde del camino al andar de la moto.

Y brota, bajo la luz del sol poniente que presagia un hermoso amanecer, mi acción de gracias alegre, una petición de perdón, y mi oración esperanzada al Señor Amigo de los jóvenes, que desde ellos quiere seguir animando hoy nuestra Iglesia y su Misión.

GRACIAS, por los Pastores que saben caminar a pié y adelantarse a SERVIR levantando la barrera del estacionamiento, para que un hermano menor avance en su moto.

GRACIAS, por los Pastores y Formadores que saben levantar las BARRERAS que tratan de impedir a sus sacerdotes y seminaristas ir al encuentro de los jóvenes, y a los jóvenes acercarse a ellos.

PERDÓN por las veces que como Iglesia hemos puesto barreras al encuentro con los jóvenes, que nos esperan como testigos para ellos, del auténtico Rostro de Jesús.

GRACIAS por esos jóvenes que desde dentro y desde fuera de nuestra Iglesia diocesana, aseguran la presencia del Señor siempre joven en medio de su pueblo.

GRACIAS porque ellos despiertan en nosotros los mayores la vitalidad, la alegría y la libertad de espíritu características de ese ‘amor primero’, que nos conquistó en nuestra primera juventud.


SEÑOR de la VIDA, mantén la asistencia de tu Espíritu sobre nuestros Pastores, sobre nosotros sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas, y sobre todos nuestros hermanos laicos agentes pastorales de nuestra iglesia diocesana, para seguir ALZANDO las BARRERAS que nos cierran el camino o nos dificultan el paso al encuentro con los jóvenes, en quienes Tú quieres hacerte presente en medio de nuestra Iglesia diocesana.

SEÑOR eternamente JOVEN, anímanos a todos a ser con ellos ‘en medio de la plazas’: “testigos de la FE sólo en JESÚS, mensajeros del AMOR y profetas de ESPERANZA”.

SEÑOR, Buen Pastor, continúa asistiendo a nuestros Pastores, para vivir el gozo de ser los animadores de una Iglesia que no sólo le abre sus puertas a los jóvenes y en ellos a Cristo; sino que sale ella misma al encuentro de ellos, allí donde sólo el buen Pastor y quienes comparten su corazón, saben ir a buscar y encontrar la oveja perdida.

SEÑOR, Peregrino de Emaús, danos a todos tu Espíritu Resucitado, para no encerrar temerosos a estos jóvenes en esta iglesia que les acoge; sino para compartir con ellos nuestra vocación siempre misionera: Que agradecidos de la experiencia vivida asuman ellos al término de este Encuentro Continental, la misión de reanimar a sus hermanos jóvenes que han perdido el camino y la esperanza, porque aún no se han encontrado con su Amigo Jesús.

GRACIAS SEÑOR, porque en los sencillos acontecimientos del camino de cada día, TU reanimas nuestra ESPERANZA, y fortaleces nuestra FE en TI y en TU IGLESIA.


Concepción, 04 Octubre 1998. –

miércoles, 27 de mayo de 2009

¿ DISCÍPULOS o MISIONEROS ?

“Dejé de participar en mi comunidad juvenil, porque siempre lo mismo… Ahora participo en algunos retiros a título personal y presto un servicio en un equipo de desayuno semanal en la calle…” Stgo.,25 Mayo 09


“La directiva de mi movimiento, para ser fiel a Aparecida, decidió cambiar la estructura: disolvió las ‘comunidades de vida’ por estar muy encerradas, y llamó a agruparse ahora por ‘servicios misioneros’…” Stgo.,24/5/09


¿DISCÍPULOS o MISIONEROS : DISCÍPULOS<>MISIONEROS



¿Se trata de optar entre formar parte de una comunidad de vida o trabajar misioneramente en un equipo de servicio?

¿Es esto lo que, en la Asamblea de APARECIDA, nos plantea urgentemente la Iglesia reunida por el Espíritu de Cristo Resucitado encarnado en nuestra historia indoamericana?

Sin duda, lejos de ello.


Tenemos abundantes experiencias de largos períodos en que se ha acentuado una opción ‘intraeclesial’, destinada a construir y cuidar la Iglesia, dejando para más adelante u olvidando su sentido original de existir en la huella de su Fundador, para restablecer el Reino, es decir el reinado de Dios en la vida de nuestro mundo. Acento que ha vuelto a aparecer en nuestros últimos tiempos como reacción sin duda bastante adolescente a algunas polarizaciones en el otro extremo.

Debemos también lamentar algunas comprensiones y entusiasmos inmaduros, que han arrastrado a muchos católicos a ‘entrar en la vida para cambiar la historia’, postergando y olvidando la clave y la fuerza de perseverancia para poder hacerlo: el encuentro con la persona de Jesús, el Misionero del Padre, y con su Evangelio: ‘camino, verdad y vida’.
En el afán de entrar en el mundo respetando y apoyando la acción del Espíritu más allá de las paredes de la Iglesia, muchos hermanos/as han perdido este encuentro personal en la Palabra de Dios y la Oración, compartido y discernido permanentemente en el encuentro con otros hermanos en torno al Hermano Mayor, que nos ha llamado a ser sus discípulos.
Hemos visto a muchos cristianos que han postergado su condición de Agentes Pastorales en el Área Social y se han transformado sólo en Asistentes Sociales, tan identificados con el mundo y sus compañeros, que sin darse cuenta han perdido su aporte evangélico y su identidad cristiana en valores y comportamientos (criterios anti evangélicos, falta de transparencia y verdad, corrupción ‘como todo el mundo…’, etc.)

Podemos comprobar también en nuestros días, en seminarios y talleres para sacerdotes, religiosos/as y laicos, en un esfuerzo de seguro bienintencionado por reaccionar frente a la falla anterior, como entramos en un proceso de involución pastoral y cuidado doctrinal, que nos lleva a postergar o incluso a abandonar nuestra vocación original misionera.

Se olvida ese dicho tan verdadero:
“Una Iglesia (un cristiano) que no existe para servir, no sirve para existir”.


No podemos ingenuamente aceptar esta involución como tampoco la diáspora explosiva, olvidando que el principal medio que tiene el poder del mal entre nosotros, dentro y desde nosotros mismos, es separar lo que Cristo con su ejemplo y luego su Iglesia fiel han mantenido como fundamento de nuestro existir: no se puede ser el Misionero del Padre, sin formar una comunidad de discípulos y sin reservar momentos de oración intocables en medio y durante la acción misionera.


En Aparecida queda absolutamente en claro que :


NO SE PUEDE SER MISIONEROS SIN SER DISCÍPULOS, ya que el mensaje no es una doctrina, sino la buena Noticia de un encuentro personal compartido entre hermanos con la persona de Jesús y su Mensaje… … … como

TAMPOCO SE PUEDE SER DISCÍPULOS SIN SER MISIONEROS, ya que no podemos dejar de compartir un encuentro tan maravilloso que primero a nosotros nos ha llenado y cambiado la vida.

“Gracias padre, porque me cambió la vida” me decía un papá junto a su hijo muriendo de cáncer, luego de leer la escritura y orar con el Sacramento de la Unción de los Enfermos. {4º piso Hosp.UC.}

“Jesús, llamó a los que Él quiso,… instituyó a 12 para que estuvieran con Él, y para enviarlos en misión…” [Marcos 3, 13-14 ]

“Conviene que de entre los que anduvieron con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús convivió con nosotros, … uno de ellos sea constituido testigo con nosotros de Su Resurrección” [Hechos 1, 21-22.]

“No podemos callar lo que hemos visto y oído…” [Hechos 4, 19-22 ]


Tampoco se puede ser discípulo sin una comunidad en la cual compartir un discipulado y la misión intrínsecamente unida a él, un seguimiento de Jesús al modo propio de Jesús. No puedo ser ‘católico a mi manera’.
Sólo se puede ser católico ‘discípulo de Jesús’ ‘al modo de Jesús’, es decir en una comunidad que se reúne en torno a Él, y que renueva su misión y la fortalece, en la lectura de la Palabra de Dios en la Biblia y la vida, y en la Eucaristía de la Comunidad celebrada periódicamente. (no basta con ‘ir a Misa’ cada uno desde su rincón o con seguirla por la TV.)


La necesidad imperiosa de vivir el discipulado (vocación y misión) en comunidad, vale también para otras realidades de nuestra vida, comenzando por la familia como lugar de encuentro y envío diario. En todas ellas llegamos para compartir nuestras diferentes misiones que nos enriquecen en nuestros variados servicios personales, y para re-enviarnos fortalecidos desde ellas al mundo, que nos desafía y espera.

Que nuestra mesa familiar y la Eucarística sean un lugar en donde frecuentemente nos congregamos para compartir un plato de comida y ‘algo más’, es decir la vida, vocación y misión de cada uno de sus miembros; el discipulado de Cristo, comunitario y misionero.


Una misión llevada con todo nuestro entusiasmo joven y nuestra generosidad apasionada, no logra permanecer por mucho tiempo si no se renueva permanentemente en su motivación inicial desde el encuentro compartido a diario con el Señor.
No basta un ‘equipo de servicio’, ni una buena planificación pastoral en una ‘pastoral de conjunto’. Esto lo puede hacer mejor un computador mientras tenga energía.
Necesitamos una ‘pastoral orgánica’ que tenga un alma renovada que la integre, la anime y le de permanencia.

“Me cansé de trabajar para los demás. Ahora voy a trabajar para mi…” me sentenció un joven muy amigo con el cual durante casi un año habíamos sostenido un comedor para niños y sus mamás en Talcahuano. {Sept. de 1976}

“sé de tus trabajos y tus … ; pero tengo algo contra ti: que has perdido el amor primero. Conviértete y vuelve a hacer como al comienzo…” [Apoc. 2,2-5 ]



Que el Señor que nos llamó ‘de entre los que Él quiso’ …
abra nuestra inteligencia y nuestro corazón,
para acoger cada día la ‘vocación siempre nueva’

a ser Sus
DISCÍPULOS<>MISIONEROS
surcando nuestros caminos hoy-aquí.

Stgo, 27-Mayo-2009.

martes, 26 de mayo de 2009

NUEVA ETAPA de mi caminar, vivir y servir.

De paso esta vez por mi comunidad Cochamó 2009, respondiendo a la petición de mi hermano Wilfrido sscc, aprovecho los momentos de espera de nuestra reunión semanal para compartir, con quien quiera leer estas líneas, este esfuerzo por ordenar lo que por dentro voy viviendo, con sus noches oscuras y sus luces del amanecer, en esta sin duda NUEVA ETAPA de mi caminar, vivir y servir.
La verdad es que la noticia hace 15 días, - luego rectificada - de una metástasis en mis pulmones, no me ha sido indiferente.
Tampoco, los índices de la enfermedad que habían retrocedido milagrosamente, y que han ahora vuelto a repuntar.
El contagio fácil con cualquier tipo de virus en las comidas o en el ambiente, … … … todos ellos me han certificado que mi salud ya no es ni volverá a ser la misma que antes.
El urgente recambio del stent que condiciona ahora la salida normal de mi bilis, me ha recordado que deberé estar en adelante dispuesto en todo momento a estas intervenciones.
En síntesis: mi vida en adelante, ya no podrá ser como la de antes.

¿Cómo enfrento esta nueva situación?


La verdad es que seguramente con algo de irresponsabilidad e inconsciencia. Pero gracias a Dios, el regalo de la fe recibido desde mis padres, mi abuela, mis formadores en el seminario, y sobre todo desde tantos ‘testigos de la fe’ humildes y sencillos en los campos y barrios de mi patria y de los pueblos hermanos en que me ha tocado servir pastoralmente… me está permitiendo enfrentarla con serenidad, disponibilidad y confianza, poniéndola en las manos de un Dios, a quien he conocido gracias a Jesús, como un Padre Misericordioso.
¿Cómo no recordar las palabras de Fernando, viudo apenas nueve meses, enfrentando su muerte cercana? : “Yo sé que Diosito puede hacer un milagro… pero estoy seguro que me perdonará mis pecados… y que no permitirá que mis hijitas queden abandonadas”.

Cuando hace 7 meses, estando advertido de una sobrevida de sólo 3 meses, pedí a mi hermano sacerdote Enrique M. sscc, la administración del sacramento de la Unción de los enfermos, y expliqué a los fieles el sentido de hacerlo en el memorándum del Padre Esteban sscc, dije sinceramente :
“Por intercesión del Tata Esteban, le pido a Dios que me conceda vivir este tiempo humana y serenamente, en lo corporal como en lo espiritual; o bien, si El quiere que siga aún sirviendo en este mundo, que me conceda la salud necesaria para poder hacerlo”

Siento que ya el Señor me ha concedido abundantemente la sobrevida solicitada, de lo cual todos son testigos.
Y a este milagro, habría que agregarle otros, entre los cuales el más notable ha sido el poder servir, desde mi situación, para unir en una misma oración a cristianos de diversas confesiones,
y también, para animar desde mi propia experiencia, la vida de otros hermanos sumidos en las tinieblas de la angustia y la desesperanza.

Sin duda que en esta nueva etapa, los votos religiosos que hice ya 48 años atrás, adquieren una connotación imprevista:
Ø el voto de obediencia lo percibo ahora claramente como la búsqueda compartida en comunidad de la voluntad de Dios en DISPONIBILIDAD TOTAL de todos, a lo que sea su voluntad: “estar donde Él quiera, haciendo lo que Él quiera, y hasta cuando Él quiera”.
Queda claro que no es abdicar de la responsabilidad personal en manos del querer de un superior; sino con la comunidad y con él estar disponibles y con lucidez a lo que Dios quiera de mi, abdicando todos, de todo proyecto propio por hermoso que fuere.
Ø El voto de pobreza, aparece como un llamado mucho más radical aún que el tener o usar de bienes materiales. Es aceptar desprenderme y no poder contar ni aportar como quisiera, con los dones que el mismo Señor me ha regalado al nacer, … ni tampoco con la riqueza de una experiencia que he recibido y acumulado a lo largo de la vida.
No poder aportarlos cuando quisiéra hacerlo, sino cuando y sólo si Dios quiera; … y menos enorgullecerme recibiendo el reconocimiento por ellos…
No poder comprometerme y cumplir con mis compromisos, debiendo tomarlos todos precedidos del ‘si Dios quiere’… lo siento ahora como el llamado final disponiéndome a dejarlo todo radicalmente para seguir sólo al Señor.
Ø El voto de castidad en el celibato me aparece también ahora con renovada fuerza, como un llamado radical a centrar la vida absolutamente en Jesús, marginando todo otro amor, por lindo y sano que sea, … … incluyendo el dar y recibir el cariño cercano y concreto hacia y desde quienes a lo largo de mi celibato han ido conformando mi “familia grande”.
El aislamiento obligado en la propia casa y en mi pieza … o en el hospital, constituyen una invitación impensada a vivir esa inevitable soledad, llenándola de un Dios nunca ausente, del Amigo siempre Fiel; y desde Él, creando nuevos puentes de comunión con los hermanos de antes y los nuevos en la enfermedad, más allá de cualquier distancia o aislamiento físicos.

“Fijos los ojos en Jesús” y a través de sus ojos, entrando en el corazón del Padre, para desde allí amar al mundo y a todos sus hijos con la calidad y fuerza del Amor verdadero al que sólo podemos aspirar viniendo desde Dios.


Sinceramente debo reconocer que a ratos me asaltan varios temores:

* A los dolores que he visto tantas veces inevitablemente in crescendo en tantos enfermos de Ca que me ha tocado acompañar en mi ministerio.

* A no aprovechar para mí y para mis hermanos, la riqueza de este tiempo de encuentro personal con Quien ha sido durante toda mi vida, aunque no siempre lúcidamente, el que me ha llamado, ha motivado mi pasión en la entrega y me ha levantado de mis tantas caídas.

* A no vivir esta ‘mi hora’ con ‘la alegría de la enamorada al encuentro con su enamorado’, como alguna vez me lo comentaba Pablo F. sscc, compartiendo su propia experiencia de la vejez.

* A apropiarme una vez más, como tantas veces a lo largo de mis años, del cariño y agradecimiento de otros, que sólo le corresponden al Señor; y no ser ese puente amplio entre ellos y el Señor, extremos ambos en los cuales quisiera seguir anclado fuertemente hasta haber ‘cumplido mi misión’.

* A no vivir sinceramente, y a no trasparentar la ‘verdad’ de mi vida actual - sin teatrales apariencias buscando cualquier admiración - , con todas sus sombras y luces, serenidades y angustias, dolores y alegrías, temores y esperanzas, dudas y FE… … con toda su hermosa y dura verdad.

* A no saber y lograr ayudar a quienes más me quieren, en el superar el inevitable duelo de quienes se quedan solos ‘mirando al cielo’; desde ya preparándoles a compartir conmigo mi alegría, en ‘la hora de mi pascua’.


Ruego y confío en que el cariño y la oración de tantos que me tienen presente cada día, me ayuden a mantenerme centrado cada vez más en el Señor, para sustentar en Él el tiempo de vida que aquí me reste, mi fe y mi esperanza,
y poder así hasta el final, ser ese testigo del Amor de Dios, que comprometí el día en que ingresé en mi familia religiosa de los SS.CC.

Seguimos caminando juntos y conversando por el camino, unidos en Jesús y María.

MIGUEL ESTEBAN sscc
Cochamó, 25-26 de mayo de 2009.