domingo, 2 de agosto de 2009

Entrando ya en AGOSTO

QUERIDOS AMIGOS, hermanos, ahijados, ‘hijos/as’, …

Entrando ya en este mes de AGOSTO 2009, no puedo dejar de recordar a mis mayores cuando decían: ‘si paso Agosto…’, y de manera especial a mi abuelita Lala, partiendo el 13 de un mes como éste, luego de habernos hecho rezar cada año el mes de María frente a su imagen adornada sobre la cómoda de su pieza, incluido mi papá, antes de ir a jugar la diaria ‘brisca’ con él.

Este miércoles 5 estaré ya cumpliendo 10 meses desde que los médicos me diagnosticaron un cáncer terminal y una sobrevida de apenas 3 meses.
Y como la ‘mala yerba nunca muere’ y gracias a los ‘santos en la corte’ (p. Esteban sscc y mis ahijados Mauricio, Daniel y Ricardito), seguimos con bastante buena salud pudiendo aún servir pastoralmente, aunque ya no en el ‘sure’ que a tantos nos conquista con su sonrisa de sol entre las nubes y la lluvia.

Precisamente este 5, si Dios me lo permite, estaré viajando a esas tierras para acompañar a mi hermano sscc Javier, en su ordenación diaconal, y para agradecer a tantos hermanos y hermanas de La Unión que me han seguido fielmente con su cariño y recuerdo en la oración.

Digo agradecer y no despedirme.

1º porque no quiero dejar la posibilidad de que el Señor me permita, una vez cumplida la misión que ahora me ha encomendado en esta capital, volver como el ‘hijo pródigo a la casa paterna’.
2º porque no creo que el Señor me vaya a llamar tan pronto junto a Él en la Casa del Padre. Me falta todavía mucho camino para poder escucharle: ‘siervo fiel y prudente… entra en el descanso de tu Señor’… aunque confío plenamente, como me lo enseñó antes de vivir su pascua Fernando de Manzanar, que la misericordia del Señor está lejos por encima de nuestros méritos… (sabiendo que mientras más años, más pecados acumulamos…)

Sin embargo, tengo la impresión bastante cierta de que los días y semanas no pasan en vano… y que el cáncer no se olvida de que él tiene un proceso que la medicina aún no sabe detener.
Sólo le ruego al Señor - como ese día del Sacramento de la Unción de los Enfermos en el Memorial del Padre Esteban sscc – que me acompañe en el tiempo que anteceda a mi partida aliviándome los dolores inevitables, o bien dándome la salud necesaria para ser útil pastoralmente “en donde Él quiera, haciendo lo que Él quiera, y hasta cuando quiera”.

También que el mismo Señor les ayude a todos ustedes conmigo, a mantener viva la fe en una vida que continúa eternamente, y a considerarnos privilegiados por vivir ‘más pronto que tarde’, el regalo inmerecido del ENCUENTRO DEFINITIVO con el SEÑOR.

Y que en esa convicción y segura esperanza, podamos seguir unidos todavía aquí, aunque sea en lugares distantes, sirviendo a nuestra Iglesia en su Misión de restaurar el REINO de DIOS, ya hoy en nuestra realidad y sector pastoral.

Así lo quiera el Señor,
que nos hizo Sus colaboradores
en los caminos de la vida.


MIGUEL ESTEBAN sscc.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hooola Querido Miguel:
No estaba en mis libros, este Blog que lo encuentro genial para que nos compartas tus sencillas pero profundas reflexiones. Los que te conocemos sabemos lo testimoniales que son. Gracias por recordarme que "la misericordia del Señor está lejos por encima de nuestros méritos..."
Gracias por tu reciente visita a Conce.
Un abrazo
Oscar C.

Gabriel Bunster dijo...

Desde la distancia te acompaño padre Miguel en tu andar sentido, profundo, sincero, enamorado de Dios.
Que bellas tus palabras, me llegan al corazón.
Me conectas con la maravilla de la vida y sus dones. Me conectas con la gratitud y la esperanza.
Gracias y recibe un sentido abrazo a la distancia.
Te estoy enviando una invitación a otro blog, a pedido de tu sobrino Alejandro.