martes, 26 de mayo de 2009

NUEVA ETAPA de mi caminar, vivir y servir.

De paso esta vez por mi comunidad Cochamó 2009, respondiendo a la petición de mi hermano Wilfrido sscc, aprovecho los momentos de espera de nuestra reunión semanal para compartir, con quien quiera leer estas líneas, este esfuerzo por ordenar lo que por dentro voy viviendo, con sus noches oscuras y sus luces del amanecer, en esta sin duda NUEVA ETAPA de mi caminar, vivir y servir.
La verdad es que la noticia hace 15 días, - luego rectificada - de una metástasis en mis pulmones, no me ha sido indiferente.
Tampoco, los índices de la enfermedad que habían retrocedido milagrosamente, y que han ahora vuelto a repuntar.
El contagio fácil con cualquier tipo de virus en las comidas o en el ambiente, … … … todos ellos me han certificado que mi salud ya no es ni volverá a ser la misma que antes.
El urgente recambio del stent que condiciona ahora la salida normal de mi bilis, me ha recordado que deberé estar en adelante dispuesto en todo momento a estas intervenciones.
En síntesis: mi vida en adelante, ya no podrá ser como la de antes.

¿Cómo enfrento esta nueva situación?


La verdad es que seguramente con algo de irresponsabilidad e inconsciencia. Pero gracias a Dios, el regalo de la fe recibido desde mis padres, mi abuela, mis formadores en el seminario, y sobre todo desde tantos ‘testigos de la fe’ humildes y sencillos en los campos y barrios de mi patria y de los pueblos hermanos en que me ha tocado servir pastoralmente… me está permitiendo enfrentarla con serenidad, disponibilidad y confianza, poniéndola en las manos de un Dios, a quien he conocido gracias a Jesús, como un Padre Misericordioso.
¿Cómo no recordar las palabras de Fernando, viudo apenas nueve meses, enfrentando su muerte cercana? : “Yo sé que Diosito puede hacer un milagro… pero estoy seguro que me perdonará mis pecados… y que no permitirá que mis hijitas queden abandonadas”.

Cuando hace 7 meses, estando advertido de una sobrevida de sólo 3 meses, pedí a mi hermano sacerdote Enrique M. sscc, la administración del sacramento de la Unción de los enfermos, y expliqué a los fieles el sentido de hacerlo en el memorándum del Padre Esteban sscc, dije sinceramente :
“Por intercesión del Tata Esteban, le pido a Dios que me conceda vivir este tiempo humana y serenamente, en lo corporal como en lo espiritual; o bien, si El quiere que siga aún sirviendo en este mundo, que me conceda la salud necesaria para poder hacerlo”

Siento que ya el Señor me ha concedido abundantemente la sobrevida solicitada, de lo cual todos son testigos.
Y a este milagro, habría que agregarle otros, entre los cuales el más notable ha sido el poder servir, desde mi situación, para unir en una misma oración a cristianos de diversas confesiones,
y también, para animar desde mi propia experiencia, la vida de otros hermanos sumidos en las tinieblas de la angustia y la desesperanza.

Sin duda que en esta nueva etapa, los votos religiosos que hice ya 48 años atrás, adquieren una connotación imprevista:
Ø el voto de obediencia lo percibo ahora claramente como la búsqueda compartida en comunidad de la voluntad de Dios en DISPONIBILIDAD TOTAL de todos, a lo que sea su voluntad: “estar donde Él quiera, haciendo lo que Él quiera, y hasta cuando Él quiera”.
Queda claro que no es abdicar de la responsabilidad personal en manos del querer de un superior; sino con la comunidad y con él estar disponibles y con lucidez a lo que Dios quiera de mi, abdicando todos, de todo proyecto propio por hermoso que fuere.
Ø El voto de pobreza, aparece como un llamado mucho más radical aún que el tener o usar de bienes materiales. Es aceptar desprenderme y no poder contar ni aportar como quisiera, con los dones que el mismo Señor me ha regalado al nacer, … ni tampoco con la riqueza de una experiencia que he recibido y acumulado a lo largo de la vida.
No poder aportarlos cuando quisiéra hacerlo, sino cuando y sólo si Dios quiera; … y menos enorgullecerme recibiendo el reconocimiento por ellos…
No poder comprometerme y cumplir con mis compromisos, debiendo tomarlos todos precedidos del ‘si Dios quiere’… lo siento ahora como el llamado final disponiéndome a dejarlo todo radicalmente para seguir sólo al Señor.
Ø El voto de castidad en el celibato me aparece también ahora con renovada fuerza, como un llamado radical a centrar la vida absolutamente en Jesús, marginando todo otro amor, por lindo y sano que sea, … … incluyendo el dar y recibir el cariño cercano y concreto hacia y desde quienes a lo largo de mi celibato han ido conformando mi “familia grande”.
El aislamiento obligado en la propia casa y en mi pieza … o en el hospital, constituyen una invitación impensada a vivir esa inevitable soledad, llenándola de un Dios nunca ausente, del Amigo siempre Fiel; y desde Él, creando nuevos puentes de comunión con los hermanos de antes y los nuevos en la enfermedad, más allá de cualquier distancia o aislamiento físicos.

“Fijos los ojos en Jesús” y a través de sus ojos, entrando en el corazón del Padre, para desde allí amar al mundo y a todos sus hijos con la calidad y fuerza del Amor verdadero al que sólo podemos aspirar viniendo desde Dios.


Sinceramente debo reconocer que a ratos me asaltan varios temores:

* A los dolores que he visto tantas veces inevitablemente in crescendo en tantos enfermos de Ca que me ha tocado acompañar en mi ministerio.

* A no aprovechar para mí y para mis hermanos, la riqueza de este tiempo de encuentro personal con Quien ha sido durante toda mi vida, aunque no siempre lúcidamente, el que me ha llamado, ha motivado mi pasión en la entrega y me ha levantado de mis tantas caídas.

* A no vivir esta ‘mi hora’ con ‘la alegría de la enamorada al encuentro con su enamorado’, como alguna vez me lo comentaba Pablo F. sscc, compartiendo su propia experiencia de la vejez.

* A apropiarme una vez más, como tantas veces a lo largo de mis años, del cariño y agradecimiento de otros, que sólo le corresponden al Señor; y no ser ese puente amplio entre ellos y el Señor, extremos ambos en los cuales quisiera seguir anclado fuertemente hasta haber ‘cumplido mi misión’.

* A no vivir sinceramente, y a no trasparentar la ‘verdad’ de mi vida actual - sin teatrales apariencias buscando cualquier admiración - , con todas sus sombras y luces, serenidades y angustias, dolores y alegrías, temores y esperanzas, dudas y FE… … con toda su hermosa y dura verdad.

* A no saber y lograr ayudar a quienes más me quieren, en el superar el inevitable duelo de quienes se quedan solos ‘mirando al cielo’; desde ya preparándoles a compartir conmigo mi alegría, en ‘la hora de mi pascua’.


Ruego y confío en que el cariño y la oración de tantos que me tienen presente cada día, me ayuden a mantenerme centrado cada vez más en el Señor, para sustentar en Él el tiempo de vida que aquí me reste, mi fe y mi esperanza,
y poder así hasta el final, ser ese testigo del Amor de Dios, que comprometí el día en que ingresé en mi familia religiosa de los SS.CC.

Seguimos caminando juntos y conversando por el camino, unidos en Jesús y María.

MIGUEL ESTEBAN sscc
Cochamó, 25-26 de mayo de 2009.

1 comentario:

Unknown dijo...

Migel que hermosa manera tienes de redactar tu dia a dia, y la mision tuya aqui en esta tierra, yo cada dia le doy gracias a Dios por que algun dia te puso en medio de nuestras vidas, y alomejor peco de egoista pero ruego a Dios y al Tata Esteban para que sigas mucho tiempo en esta tierra, un abrazo de verdad la emocion me embarga.