lunes, 10 de noviembre de 2008

... para que sigas alumbrando.

TROZOS de mi memoria,
para gloria del Señor.

“un lápiz con luz propia …
para que sigas alumbrando ”

Bilis retenida, comunidad cristiana ahogada …


Debieron pasar 15 días de hospitalización para poder salir nuevamente a la luz del día.
Y el motivo no fue el tumor canceroso adueñado de mi páncreas. Fue la retención de la bilis en el colédoco, tubo a través del cual debe llegar a mi duodeno y servir a la digestión y asimilación de los alimentos ingeridos.
La bilis no sólo no estaba cumpliendo su servicio imprescindible que me había hecho bajar en dos semanas 7 kilos; sino más aún, me estaba produciendo una infección a la sangre (índice 19 en vez de 0,4 que es lo normal de bilirrubina en la sangre) y a través de ella a todo mi organismo amenazando en pocos días con mi vida.

¿Cuántas veces no hemos tenido que constatar en nuestra vida eclesial estos índices que amenazan o matan la vida, comenzando por la de la misma comunidad cristiana?
En una cultura eclesiocéntrica, centrada en el cuidado de nosotros mismos, comenzando por nosotros mismos los pastores, cuando insistimos en llamar a los bautizados a ser laicos comprometidos, entendiendo por esto el trabajar activa y responsablemente en la construcción de una iglesia centrada en si misma y en una vida sacramental ad intra, que asegura el camino individual hacia el cielo: “ya tengo todos mis sacramentos… ahora puedo descansar en paz…”
Si la palabra laico viene de laos es decir pueblo, ¿podremos seguir limitando la extensión la expresión bíblica de ‘pueblo de Dios’ sólo a los bautizados?

Este encierro, como toda forma de encierro físico, afectivo o mental, nos lleva irremediablemente a achicar nuestro campo de conciencia, haciendo que cualquier problema, por pequeño que sea, se agrande y se transforme en un muro imposible de pasar, en una red que nos amarra y nos esclaviza.
Cuando la comunidad eclesial se encierra en el ‘cuídate’ a ti misma, perdiendo la visión del para qué existe y el para qué está llamada a crecer, se transforma fácil e irremediablemente en ese “mundo chico, infierno grande” del dicho tan verdadero, que lleva a más de algún antiguo o posible nuevo miembro, a decir sinceramente: ‘prefiero mejor así solito, que meterme en una olla de grillos’… que si bien es cierto que : “la soledad es mala compañera” ; también es cierto el : “más vale solo que mal acompañado”.
Recordemos que esto vale también para cada familia cristiana, y para todo grupo, asociación o movimiento, tan valorados en nuestra iglesia actual. El saludo en boga con que nos despedimos, como todos los paganos, de ‘cuídate’, en vez del de Cristo a Pedro: ‘cuida a mis ovejas’, … … debe hacernos a todos reflexionar.

Bilis retenida, no cumpliendo su servicio para el cual fue colocada por el Creador en nuestro cuerpo, e infectándose mortalmente dentro del colédoco … … sea una ‘alegoría’ más del evangelio de la vida, que nos ayude a revisarnos y convertirnos en auténticos discípulos de Cristo, como Él lo expresó claramente cuando
convocó a los 12 : “Los llevó a lo alto para estar con Él, y enviarlos a evangelizar”, o más tarde en el Monte de la Transfiguración, respondiendo a Pedro que quería hacer tres tiendas para quedarse allí: Vamos, levántense y bajemos del monte …”

Señor Jesús, MISIONERO DEL PADRE, :
‘llévanos cada día al monte’,
para estar contigo en la intimidad de tu vocación,
y de nuestra vocación ;
para crecer cada día en la fidelidad a Ti
y a nuestra misión :
y así poder ‘bajar del monte’ ,
para ir al encuentro de los hermanos
que nos necesitan ,
construyendo contigo y con ellos ,
el REINO DEL PADRE. AMÉN.


Miguel, me dijo Mauricio regalándome un lápiz luminoso,
es un símbolo : para que sigas alumbrando …
con tu vida hecha mensaje del Señor, testimonio escrito, para nosotros…

“… que no se enciende una luz para esconderla bajo la mesa, continúa Jesús en el Evangelio, y lo recordamos en cada bautismo,
Sino, para que ilumine a todos los de casa …
y a los que pasen por fuera, y los que lleguen o salgan de ella.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi querido Miguel, como siempre muchas gracias por lo que escribres y por compartirlo.

Hay mucha riqueza profundidad y secillez.

Un Abrazo

Alejandro Macaya

Gabriel Bunster dijo...

Miguel: agradezco a Dios el ponerme en tu vecindad, pues la sencillez de tu persona, la enorme lucidez llena de sabiduría, la cero arrogancia, que al leer tus palabras, me viene ele recuerdo cuando llegué donde Andrea, mi mujer y le dije: esta vez ayudaré a alguien en esto de los blogs, pero creo que no saldré igual, que me afectará.
Un alegre y afectuoso abrazo