viernes, 12 de febrero de 2010

INCULTURACIÓN y/o EVANGELIZACIÓN



¿ “ACOMODACIÓN” - “ADAPTACIÓN” ó “LIBERACIÓN” ?

"DESDE EL BAÚL DE LA VIDA"

Reconociendo que estoy muy lejos de tener los años de experiencia y/o la cultura académica de otros para entrar en este tema; sin embargo me atrevo, - luego de 6 años de experiencia en tierra extraña (*), sufriendo y gozando mi situación de extranjero en patria nueva - a compartir algunas interrogantes que la vida y servicios pastorales me han ido planteando.

Creo que es honrado de mi parte recordar que estos 6 años han sido interrumpidos por 6 años de re-envío a mi familia natal como misionero “desde” los misionados.

Esto es muy importante en primer lugar porque he podido re-ver mi patria regresando desde otra cultura plena de hermosuras como también oscurecida por nubes que impiden el sol del Evangelio Liberador.
También ha sido importante, porque he podido ver este re-envío en misión nuevamente desde mi patria, con mayor humildad, reconociendo que si bien el ‘llamado’ misionero ha recibido en su iglesia de orígen una experiencia a veces muy rica de Dios y de Comunidad tanto religiosa como eclesial; sin embargo debe asumir una actitud profundamente humilde, respetuosa y acogedora de la presencia del Dios de la Vida desde mucho antes de él, incluso de antes de la llegada de los primeros evangelizadores en tiempos de la conquista española.

En mi caso además, la dificultad sufrida para “inculturarme” en este pueblo y/o iglesia sur-andinos, durante mis dos primeros años, me ha hecho ser mucho más cuidadoso al respecto en este mi segundo envío, aúnque nunca he podido evitar replantearme el problema de tener tal vez que adaptarme o dejarme adoptar, por una iglesia sur-andina fundada por generosos misioneros venidos desde muy lejanas tierras, iglesia que me aparece, con rasgos muy marcados de un esfuerzo generoso, sincero y leal de inculturación del evangelio, aúnque no siempre con una dosis suficiente y lúcida de evangelización cuestionadora y liberadora de esta cultura, tanto en el ámbito personal y familiar, como desde éste, en el ámbito social-político-económico-ecológico y cultural.

No cabe duda de que en la base de este problema planteado (que se puede reconocer en múltiples ejemplos pequeños y grandes : Fiesta y culto de los difuntos, ... celebraciones de los santos patronos... padrinazgos.... ... ), está presente en todos los ‘misioneros gringos’ (expresión que incluye también a los venidos de otros países latinoamericanos, e incluso a veces hasta a los mismos peruanos venidos desde la costa), por una parte, el temor grande a invadir culturalmente, atropellando la experiencia del Dios reconocido en la naturaleza desde siglos y las “semillas del Verbo” ya presentes en la historia legendaria de un pueblo tímido con una autoestima muy baja; y/o por otra parte, el miedo a ser mal vistos y silenciosamente rechazados por este mismo pueblo. (Tampoco hay que desconocer el peligro de un cierto ‘folklorismo’, siempre amenazante).


Desde mi experiencia personal he podido constatar una tensión fuerte y permanente entre dos polos, que aúnque increible, muchas veces conviven: el uno marcado por un afán liberador con fuerte acentuación socio-política con ecos y materia prima ya preparada en algunas elites,(incluso en grupos de tipo violentista armado), pero sin verdadero arraigo en la masa popular; y y el otro polo, muy respetuoso adaptado a las tradiciones religiosas ancestrales, con un carácter fuertemente sedante, o de escape frente a problemas múltiples y diversos de su vida (salud, tierra, trabajo, educación, abusos, ... ...) sufridos con resignación.

Por otra parte me pregunto si este mismo ‘respeto, temor o a veces ingenuidad de afuerinos’, no nos lleva facilmente a reconocer muchos valores verdaderos y hermosos ya existentes en esta cultura para nosotros nueva; dejando de lado, cerrando los ojos o simplemente callando, los defectos que en todo lo humano existen irremediablemente.
¿No estaríamos cayendo así en una ‘inculturación del evangelio’ que descuida la ‘evangelización de esta cultura’, y con ella, el cuestionamiento, la denuncia y el llamado urgente a una conversión de valores, que Jesús planteó valientemente con su Palabra y su forma de vida a la propia cultura socio-política-religiosa de su tierra y de su tiempo?
¿No estaremos postergando una evangelización-inculturada-liberadora, que nos cuestiona y nos llama con urgencia a una conversión que comienza por casa, desde nuestra manera de vivir y servir pastoralmente, renunciando a todo tipo de poder social, económico o religioso, cuidando en nosotros mismos y rechazando en nuestros propios agentes pastorales y posibles vocaciones religiosas y/o sacerdotales, toda forma de espíritu arribista o individualista ?

Parece que tendríamos que seguir avanzando mucho todavía en un anuncio liberador del Evangelio de Jesucristo, que desde éste alienta y refuerza los enormes valores humano-cristianos ya antes sembrados en esta cultura por el Espíritu Señor; al mismo tiempo que deja al descubierto todos los antivalores sembrados por el espíritu del mal, y que esclavizan un pueblo entero, desde sus propias familias y desde las personas concretas, víctimas al mismo tiempo que generadoras, de una sociedad de opresión.
Un Evangelio que es Buena Nueva ayudándonos a descubrir la VIDA ya presente, al mismo tiempo que es un llamado exigente y urgente a la conversión radical, inseparablemente personal y social.
Un Evangelio que hace hoy-aquí presente, a través de comunidades cristianas auténticas y participativas, al JESUS de BELEN, NAZARET, GALILEA y JERUSALEM, al JESUS del Evangelio Liberador de ayer, hoy y siempre.

Plantear estas interrogantes tal vez sea producto de una aún deficiente entrada en el corazón de este pueblo y de esta iglesia sur-andinos; pero también puede prestar el servicio de ser una mirada aún no acostumbrada ni simplemente ‘adaptada’ a esta cultura tan llena de luces, y no excenta de sombras.
Sean ellas planteadas con sencillez y humildad entre hermanos llamados a compartir la misión de evangelizar este mundo y desde este mundo.
Sean igualmente acogidas con humildad y disponibilidad, para revisar y mejorar nuestra vida y servicio en este rincón de nuestra indo-américa.

Miguel Esteban M. sscc.
17-09-2001.

1 comentario:

Unknown dijo...

Miguel:

Me alegro que sigas aportando a dejar este mundo en mejores condiciones de como lo encontramos...Tienes fuerza para ello, porque el Señor te echa tu ayudadita y así, nos ayuda a todos.
Te recordamos con cariños...y nostalgia...

Cariños

Federico y familia